Dinamización en espacios turísticos, el secreto para dejar huella en el visitante

En la actualidad, contar con un importante patrimonio histórico-artístico, o un entorno natural impactante, no garantiza el éxito de un destino turístico en términos de optimización y rentabilidad. Tanto si se trata de un alojamiento hotelero, como si hablamos de otro tipo de espacio.

La dinamización turística se ha convertido en parte indispensable de los planes de desarrollo turístico, en línea con la búsqueda de destinos que destaquen por su singularidad y, a la vez, cumplan con los objetivos de desarrollo sostenible, cada vez más demandados por los clientes. Un buen plan de dinamización es indispensable para lograr un punto de equilibrio entre la demanda y la oferta turística, en la que se mantengan los estándares de calidad demandados por los visitantes, sin saturar los recursos turísticos del destino.

¿Es la animación turística la clave para que nos recuerden?

A día de hoy, la animación turística es una parte imprescindible en el diseño y desarrollo de productos turísticos y se encuentra orientada a la búsqueda de experiencias que generen un recuerdo inolvidable en los visitantes, en relación con las tendencias del sector, centradas en el turismo experiencial.

Entendemos por animación turística las acciones que se realizan con fines recreativos, comunicativos y de interacción sociocultural, orientadas a ofrecer al turista una experiencia completa. Mediante la dinamización se enriquece la experiencia turística y se promueven las relaciones sociales entre el visitante y el entorno que lo recibe, fomentando una mayor integración y una mayor participación en la vida cultural y social del destino.

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¿Cómo crear un buen programa de animación turística?

Para desarrollar un buen programa de animación es necesario, entre otras cosas, partir del conocimiento del espacio turístico que se busca dinamizar: cuáles son los recursos turísticos con los que cuenta, ya sean patrimoniales, medioambientales, etnográficos… y a qué tipo de visitante nos estamos dirigiendo: público familiar, infantil, senior… de este modo podemos ofrecer actividades diseñadas de manera específica. Debemos tener en cuenta, del mismo modo, qué tipo de actividad buscamos desarrollar, si vamos a destacar el aspecto puramente lúdico, o buscamos una actividad con contenido cultural.

La animación turística no puede verse reducida a juegos de cartas o ejercicios en la piscina o en la playa, debemos dotarla de contenido. Ha de mantenerse en constante evolución, para adaptarse a las demandas sociales de un sector, cada vez más exigente y que está en permanente cambio. Las actividades que servían ayer hoy han quedado desfasadas. Se trata de sorprender al visitante, de generar un recuerdo ligado a esa vivencia, algo que impacte y añada valor a la experiencia. Por lo tanto, toda actividad que ofrezca al turista descubrir y experimentar el lugar que visita está encaminada hacia el éxito.

Algunas ideas de animación turística

De entre las múltiples opciones y temáticas que se pueden desarrollar, hay determinadas combinaciones que, bien diseñadas y planificadas, siempre tienen éxito.

Visitas animadas o teatralizadas

Recorrer los salones de un palacio de la mano de su antigua propietaria; curiosear entre la maquinaria de una antigua fábrica, en la que salen a nuestro encuentro las personas que allí trabajaron… son experiencias que echan a volar nuestra imaginación, nos dejan un poso duradero y consiguen fijar en nuestra retina el espacio que visitamos. Es importante crear una atmósfera inmersiva, en la que los visitantes se sientan “dentro” del tiempo que visitan.

Tratamiento del estrés

Un elemento indispensable en nuestras vacaciones, vayamos donde vayamos de visita, es la relajación. El descanso es un bien escaso en nuestro día a día. El viajero busca relajarse y librarse de las obligaciones de su vida diaria. Un buen programa de dinamización debe incluir actividades orientadas a la desconexión física y mental; una ruta de senderismo “slow” en un paraje natural, una sesión de yoga frente al mar o un circuito en un balneario, son opciones que deben ofrecerse al turista para liberarse del estrés.

Propuestas artesanales

Participar en la elaboración de un producto artesanal típico del lugar que se visita, ya sea la elaboración de un queso o el tintado y manufactura de un tejido característico de la zona. Son propuestas participativas que siempre despiertan la curiosidad del visitante y lo vinculan con la cultura que visita. El turista “siente” que forma parte del entorno.

Actividades deportivas que incluyan elementos lúdicos

Caballos, motos de agua, bicicletas, canoas, patines… en función del entorno en el que nos encontremos. Se trata de propuestas de deporte activo que pueden graduarse en su complejidad, abarcando desde el turista que busca actividades activas de aventura, hasta quien sólo pretende pasar un rato divertido realizando alguna actividad deportiva.

Experiencias gastronómicas

Sin duda nuestro país es uno de los lugares más propicios para este tipo de actividades de dinamización. Con una gastronomía internacionalmente reconocida como una de las de mayor diversidad y riqueza, las rutas gastronómicas, ya sean dentro de una ciudad, provincia o región… siempre son un elemento a destacar y que casi con toda seguridad conlleva la satisfacción del turista.  Las catas, ferias gastronómicas, concursos artesanales, etc. son un excelente recurso para la dinamización de un espacio y para la integración cultural mediante la actividad turística.

Podemos decir, por lo tanto, que la animación turística es un elemento clave, que tiene gran importancia y que marcará la diferencia entre los diferentes productos turísticos que se presentan en el mercado.

Autora: Eva María Martínez Jiménez, docente de Turismo Operativo.