El turismo cinematográfico o movie induced tourism es un nuevo tipo de turismo surgido a finales del siglo XX que, en muy poco tiempo se ha convertido en un fenómeno a nivel mundial. Las Film Commission junto con las Destination Management Organization (DMO) cuentan con herramientas como las rutas cinematográficas y los movie maps para atraer al máximo número de turistas posibles antes, durante y después de que un rodaje se haya realizado en su territorio.
El cine y el turismo están llamados a ser dos de las industrias culturales más potentes del mundo contemporáneo en lo que a movilización de gran cantidad de personas y dinero se refiere (Reinstein Urbina, 2009). Según Del Rey-Reguillo (2007) la estrecha relación que hay entre ambas industrias tiene sus orígenes en los primeros tiempos del cinematógrafo, que lograba hacer próximos los espacios que, en 1800, resultaban remotos e inaccesibles para una gran parte del público. Pero no es hasta finales del siglo XX cuando se acuña el término movie-induced tourism al hacer referencia a una identificación e implicación, que hace que las localizaciones provoquen un significado “icónico” para los espectadores, lo que produce que éstos se desplacen a los destinos que aparecen en la gran pantalla (Riley, Baker y Van Doren, 1998).
El turista cinéfilo o set-jetter (de la combinación de set, escenario, y jet, volar, viaje en avión), es aquella persona que decide viajar al destino después de haberlo visto en una película o serie de televisión (turismo seriéfilo) que les ha impactado por algún motivo.
¿Por qué puede ser importante para las ciudades?
Las ciudades pueden desarrollar una gran cantidad de actividades de marketing tanto antes como después del rodaje de una película (involucrarse en la búsqueda de lugares de rodaje, negociar los créditos para el destino, producir movie maps para los turistas, crear links en su página web hacia tours sobre el largometraje, realizar acciones promocionales conjuntas con
las film commission, etc.) con el fin de conseguir movilizar a la mayor cantidad de turistas posibles.
El Consejo de Turismo de Nueva Zelanda estudió la primera película de El Señor de los Anillos como acción de product placement ya que la estimación de la exposición promocional se valoró por encima de los 41 MM de $.
Si una parte de la película o serie es extraordinaria o fascinante, esta sirve como un icono que los espectadores ya que lo atribuyen a una ubicación. Algunos iconos pueden ser imágenes recurrentes o continúas dentro del film, mientras que otros, pueden ser eventos únicos y excitantes con los que los espectadores se identifican. Ejemplos de iconos visuales podrían ser los castillos y monumentos en los que se ha filmado Harry Potter en Londres o la ruta de Amelie en París.
Según la Spain Film Commission:
El 30% de los turistas visitan un lugar por haberlo visto en cine o TV.
Te recomendamos este vídeo que explica las ventajas que ofrece rodar en España.
Fuente: González Conde, A; Araújo Vila, N. y Rodríguez Campo, L. (2015): “Turismo cinematográfico: La conquista on line de nuevos mercados”. (Contenido Creative Commons).