Hablános de ti, ¿quién es Beatriz Matesanz?
Me considero una persona feliz, carismática, muy responsable y apasionada de mi trabajo, al que he dedicado muchos años como azafata de vuelo en diferentes compañías aéreas, tanto regulares como charter. Poseo un gran sentido del humor y disfruto mucho relacionándome con personas. Soy una gran amante de los animales, especialmente de los perros sin los que no me imagino mi vida diaria. Me encanta poder ayudar al prójimo en todo aquello que esté en mi mano.
¿Qué materias impartes en Esatur?
En el Curso de Tripulante de Cabina de Pasajeros imparto las asignaturas de Asistencia a los pasajeros y vigilancia en cabina, Formación en la lucha contra incendios y humo, Aspectos generales de la seguridad en aviación y Supervivencia.
¿Por qué elegiste dedicarte al mundo de la aviación?
Mi afán de ayuda a los demás y de conocer y hablar con gente de todas partes me llevó a soñar desde muy pequeña con esta profesión que veía inalcanzable para una chica segoviana donde ni siquiera había aeropuerto… Perseguí mi sueño y me formé para ello, teniendo la suerte de poder hacerlo realidad cuando tenía 21 años. Comencé a trabajar en una compañía italiana pasando por otras 6 compañías de diferentes nacionalidades hasta la noruega en la que me encuentro en este momento en situación de excedencia.
Cuentas con más de 22 años de experiencia como TCP y Sobrecargo, ¿qué es lo que más te gusta de esta profesión?
Son tantas las cosas que me gustan de mi trabajo, que si existe alguna que no me gusta tanto, se queda empañada por todo lo positivo. Me gusta sentir que cada día es diferente, lejos de la monotonía de cualquier otro tipo de trabajo puesto que lo considero un “modo de vida”. Llegas a la sala de tripulaciones y, por lo general, ves caras sonrientes porque estamos haciendo lo que soñábamos y nos gusta porque este “modo de vida” es adictivo, te engancha.
¿Cuál ha sido el mayor reto profesional al que has tenido que enfrentarte a bordo?
Fue hace 15 años y consistió en superar y afrontar el dolor por la pérdida de mis, más que compañeros de trabajo, amigos durante más de 10 años en un accidente aéreo. Subirme de nuevo a un avión ese mismo día, a unas horas del suceso, sabiendo lo que había pasado en la compañía tratando de ser lo más profesional posible sin que afectara al desarrollo del vuelo. A partir de entonces cada vuelo ha ido dedicado a ellos, que siempre estarán en mi corazón.
¿Cómo motivas a tus alumnos en tu día a día?
Cada día me propongo un objetivo y es el de transmitir la ilusión y conocimientos que tengo por esta profesión intentando crearles la necesidad de asumir el reto de formarse en ella para alcanzar su sueño. Les hago ver que la materia prima la llevan ellos dentro, sólo hay que someterla a una transformación que es donde mi labor de formación a través de mi experiencia conseguirá sacar el producto final y les hará válidos para conseguir alcanzar el disfrute de este trabajo y así poder sentirse orgullosos de sus capacidades.
Cuéntanos alguna anécdota profesional
Podría estar contándote anécdotas durante días… Hay pasajeros que se pasan con la bebida y una vez que han salido del avión te encuentras que se han dejado los zapatos y… a su bebé.
Pasajeros que te preguntan por el servicio de plancha dentro del avión… Implicar a los pasajeros para gastar una broma a una compañera pidiendo un aplauso para ella cuando está en el pasillo porque se iba a casar con el comandante…
Presentarte en pleno invierno en la sala de tripulaciones con ropa de abrigo en la maleta para tu vuelo de 2 días a Washington donde había -7ºC y finalmente acabar haciendo un vuelo a Río de Janeiro llegando allí a una temperatura de 30ºC y quedarte 5 días teniendo que ir a comprarte ropa adecuada y tener que cambiar tus planes… En fin, anécdotas nunca faltan.
¿Qué habilidades crees que debe de tener alguien que quiera ser Auxiliar de Vuelo?
Ante todo debería tener muy buena actitud y, partiendo de esta base, podría enumerar muchas: una clara orientación al cliente, ser empática, flexible, responsable, abierta de mente, que sepa trabajar en equipo, muy organizada, una apariencia personal cuidada, excelentes habilidades comunicacionales y tener una gran capacidad de poder trabajar bajo presión.
¿Qué consejos le darías a alguien que quiera estudiar el curso de TCP?
Mi consejo sería el que no lo dejaran para más tarde, puesto que es la mejor elección para dar el paso previo para conseguir formar parte de un equipo dentro de una línea aérea. Una vez estén dentro, podrán comprobar por ellos mismos que esta profesión te atrapa, te entusiasma, te apasiona y te engancha.
La situación del COVID-19 ha provocado muchos cambios, pero no hay que verlo de una forma negativa sino como un reto personal, ya que aparecen nuevas oportunidades y es ahí donde van a conseguir encontrar su hueco.
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