Patrimonio cultural: qué es, tipos y ejemplos

Definición de patrimonio

Podemos definir como patrimonio al conjunto de manifestaciones u objetos nacidos de las personas o la naturaleza que por su belleza o relevancia han llegado a través del tiempo hasta nuestros días y que constituyen elementos identitarios de cada pueblo, ciudad o país.

Todos estos bienes patrimoniales tienen una función modélica para la sociedad y es por esto que deben de ser protegidos por los gobiernos y las autoridades pertinentes de cada país para que así no se pierdan con el paso del tiempo y las futuras generaciones puedan valorar la herencia cultural de su territorio.

Cabe destacar que los bienes patrimoniales de un lugar no se han valorado siempre de la misma forma, ya que el concepto de patrimonio es subjetivo, dinámico y cambiante. Muchas veces no depende de los objetos o bienes sino de los valores que la sociedad les atribuye en cada momento.
Por poner un ejemplo, no fue hasta el siglo pasado cuando las expresiones folklóricas tales como las fiestas tradicionales se empezaron a valorar y comenzaron a adquirir un papel importante dentro del concepto de patrimonio cultural.

Tipos de Patrimonio y ejemplos

Por lo que respecta a las tipologías del patrimonio, podemos diferenciar tres grandes tipos: el patrimonio cultural, el natural y el industrial.

Patrimonio cultural

El patrimonio cultural lo podemos definir como la herencia cultural propia del pasado de una sociedad o comunidad que se ha mantenido hasta nuestros días gracias a la transmisión de cada generación a lo largo de la historia.

A su vez, el patrimonio cultural se puede dividir en tangible e intangible, o lo que es lo mismo en material o inmaterial.

En lo que respecta al material, hace referencia a aquel que tiene una percepción en el espacio y se puede tocar, como por ejemplo un objeto arqueológico o una obra de arte como por ejemplo el David de Miguel Ángel o la Torre Eiffel.

En cuento al inmaterial, se refiere a aquel que no se puede tocar y reside en el espíritu de las comunidades como pueda ser una lengua, una tradición o una fiesta de carácter local como por ejemplo las Fallas de Valencia o las Hogueras de Alicante.

Patrimonio natural

En cuanto al patrimonio natural, lo podemos definir como el patrimonio nacido de la naturaleza, aquel que se ha creado a través de procesos físicos y biológicos a lo largo del tiempo, teniendo un valor universal excepcional desde el punto de vista científico, estético y cultural.

Este tipo de patrimonio tiene que ser protegido con una serie de acciones muy rigurosas, es por esto que todos los parques naturales deben de tener una serie de medidas de protección y conservación. Actualmente, existen más de 100.000 espacios naturales protegidos en todo el mundo. Algunos ejemplos de patrimonio natural protegido en España son el Parque Nacional del Teide en Tenerife o el Nacional de Doñana situado en el Golfo de Cádiz.

Patrimonio industrial

El último tipo de patrimonio que vamos a tratar es el patrimonio industrial, que se puede definir como el conjunto de elementos asociados a la cultura industrial y que además poseen un valor histórico, social, tecnológico, arquitectónico y científico.

Tanto los edificios donde se realizan actividades industriales (fábricas) como las propias maquinarias, los talleres, los almacenes o la propia documentación histórica vinculada a las prácticas de producción, pueden llegar a ser patrimonio industrial.

Ejemplos claros de este tipo de patrimonio serían los pozos de nieve de la zona interior montañosa de la provincia de Alicante, que fueron usados para almacenar la nieve con el objetivo de hacer hielo para conservar los alimentos cuanto todavía no existían los frigoríficos y los congeladores.

El patrimonio, su conservación y su importancia en la sociedad

En definitiva, el patrimonio de un pueblo, ciudad o país no sólo está hecho de unas cuantas piedras y obras de arte, se trata del ADN cultural de una comunidad en el que se incluyen todo tipo de bienes, tanto materiales como inmateriales. Todos ellos deben de ser protegidos y conservados para el disfrute de las futuras generaciones ya que comprender nuestro patrimonio cultural nos ayuda a entender y a valorar una parte importante de quiénes somos.

No hay que olvidar que el conocimiento de nuestro patrimonio puede ayudarnos a trasmitirlo a los más jóvenes, sólo así podremos hacer que la cultura y la tradición de un lugar sigan presentes en la sociedad, tanto en la actualidad como en el futuro. Nunca lo olvidemos, perder parte de nuestro patrimonio cultural es como perder parte de nuestra identidad.

Autor: Carlos Pérez Soler, Profesor de Patrimonio Cultural en 2º de TUO, ESATUR

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