La comunicación como herramienta del guía turístico: definición y tipos

La profesión de guía de turismo tiene como principal objetivo el de transmitir a los visitantes el valor del lugar en el que se encuentran. Los guías son “magos de la comunicación”, pues valiéndose de esta poderosa herramienta conectan de manera directa con su grupo en un proceso de intercambio de información, a través del cual convierten a estas personas en partícipes de su magia, de manera que todos salen enriquecidos de la experiencia.

Ante todo, esta comunicación debe ser accesible en un sentido amplio, es decir, las personas que reciban el mensaje deben ser capaces de interpretarlo y comprenderlo correctamente. Para ello, el guía debe salvar diversas barreras que pueden hacer más complicado este camino, como el uso de palabras demasiado técnicas o demasiado infantilizadas, de una mala vocalización, de un volumen de voz demasiado bajo, de un discurso monótono, de una desatinada elección del entorno en el que hablamos…

¿Qué tipos de comunicación existen?

Como podemos observar mediante estos ejemplos, hacer una visita guiada es un acto complejo en el que intervienen de forma decisiva factores pertenecientes a los tres tipos de comunicación que existen:

Comunicación verbal

La comunicación verbal consiste en un intercambio de información basado en el uso de un lenguaje que emplea la palabra como elemento central. Esa palabra puede transmitirse de manera oral o de manera escrita, si bien es verdad que en el caso que nos ocupa, un guía de turismo se servirá principalmente de la oralidad.

Comunicación no verbal

En segundo lugar, frente a la comunicación verbal tenemos la no verbal. Podríamos definirla, por oposición, como aquella en la que no se hace uso de la palabra, ya sea esta hablada o escrita. Dentro de la comunicación no verbal, encontramos toda una serie de elementos sobre los cuales es posible sustentar un mensaje para completar su significado. Hablaríamos aquí de la kinesia, un término con el que hacemos referencia a la forma que las personas tenemos de ocupar el espacio, es decir, a nuestra expresión corporal. No se trata únicamente de la manera de gesticular, sino también de la mirada y la expresión facial en general, así como de la postura que se adopta.  Son medios a través de los cuales es posible dar énfasis a aquello que se dice, introducir nuevos elementos para impedir la pérdida de atención por parte de los visitantes, romper la monotonía o incluso sustituir palabras.

Comunicación paraverbal

Por último, y en un punto intermedio entre la comunicación verbal y la no verbal, tenemos la comunicación paraverbal. En este caso, hacemos referencia a aquellos elementos no verbales relacionados directamente con el uso de nuestra voz, como son, por ejemplo, la entonación, las pausas y los silencios, el énfasis que le damos a una determinada palabra, el ritmo al que hablamos, el volumen que empleamos, etc.

Manejar de manera desenvuelta estos tres tipos de comunicación es una de las bases del trabajo del guía de turismo. Y es que, como muchos de nosotros hemos podido experimentar al asistir a visitas guiadas desde la perspectiva del visitante, no sólo es importante lo que se dice sino también cómo se dice. La conjunción entre una correcta comunicación verbal, no verbal y paraverbal puede ser la llave que permita que los turistas comprendan aquello que el guía pretende transmitir. De esta manera, todas las personas implicadas en el acto comunicativo podrán disfrutar de la experiencia y salir de ella con un mayor nivel de realización, tanto a nivel personal como profesional.

Autora: Elena López Martín, profesora de Guía Turístico en Turismo Operativo.