¿Cómo ser guía turístico?: requisitos y estudios necesarios

Ser guía turístico

Un guía turístico puede convertir una aburrida ruta turística en una visita divertida e inolvidable, o por el contrario puede convertir una visita atractiva en algo soporífero. De ello dependerá lo buen guía turístico que sea. Si quieres saber cómo convertirte en uno de los que narramos en la primera opción, ¡sigue leyendo!

Requisitos para ser guía turístico

Conocimiento del Recurso en Cuestión

Aunque los años de rodaje dan al guía las tablas suficientes para superar airoso cualquier imprevisto, no podemos pretender que el guía sepa de todo. Sin embargo, si esperamos que la persona sea proactiva, esté en constante búsqueda activa de conocimientos y con un marcado entusiasmo por investigar y conocer. El saber no ocupa lugar y una de las ventajas de esta profesión es que te permite mantenerte siempre ampliando conocimientos y haciéndote un pequeño experto en muchas materias.

Capacidad de Síntesis

Un guía ha de ser capaz de resumir su discurso para ir directamente a lo fundamental y llegar al cliente. Los discursos farragosos y demasiado extensos pueden terminar aburriendo o haciendo que perdamos el interés en pocos minutos. Y volver a conseguir la atención del individuo o del grupo no es tarea fácil.

Por tanto, el guía no sólo debe sintetizar su discurso para transmitirnos lo más relevante, sino que ha de ser capaz de escoger lo que crea que vaya a ser de mayor interés para su grupo.

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Capacidad de Adaptación

Es de vital importancia si quieres dedicarte a ser guía. Y es que nos referimos a adaptarnos a muchos aspectos distintos. Por ejemplo, habremos de adaptar nuestro discurso al perfil del grupo que nos acompañe en cada momento; no es lo mismo hablar para niños, que para adultos, que para expertos en la materia en cuestión… Asimismo, no es igual hablar sobre un castillo de la Edad Media, que guiar un aeropuerto.

Además, nos puede ocurrir que no coincida nuestro interés de mostrar a fondo el lugar visitado con la motivación que tenga el grupo por recorrer ligeramente el recurso en cuestión y marchar. Igualmente, hemos de estar concienciados con que ser camaleónicos y no vernos afectados por cambios de horarios sobre las horas inicialmente previstas, de lugares, o de número de personas que alberga el grupo… también es necesario en esta profesión.

Empatía

Es muy importante que todo profesional que se comunique e interactúe de manera directa con su cliente final tenga en cuenta que es muy importante trabajar las habilidades interpersonales, en las que podríamos encuadrar la empatía.

Y es que, imaginad lo importante que es ponernos en el lugar del otro cuando somos guías turísticos. Tras un largo camino a pie, hemos de ser capaces de percibir que quizás alguno de los componentes del grupo se encuentre cansado, que alguien que no esté acostumbrado a andar pueda estar sufriendo una ampolla… Hemos de ser capaces de ver cuándo es importante introducir una pausa, o cambiar el discurso para no aburrir, o tirar de un chiste o anécdota… Nos agradecerán profundamente que seamos capaces de pensar en quién tenemos enfrente.

Gestión óptima de las emociones (propias y ajenas)

Un guía profesional no puede perder esto de vista y, además de ser empátic@, como decíamos unas líneas más arriba, ha de ser capaz de desenvolverse con soltura en el  mundo de los sentimientos y pensamientos humanos para, no solo hacer sentirse cómodo al visitante, sino para ser capaz de hacerlo volar y trasladarlo al momento histórico, lugar o realidad de la que le esté hablando.

¿Te sientes identificado con estas cualidades? Entonces sigue leyendo, te explicamos la figura del guía turístico y te contamos qué hace en su día a día profesional.

¿Quién es y qué hace un guía turístico? ¿Por qué es tan importante?

En primer lugar, se trata de una profesión vocacional. Un guía es una persona capaz de interpretar el patrimonio natural y cultural de un determinado lugar en varios idiomas o lenguas vehiculares, normalmente a elección del visitante o agencia contratante. Es alguien que conoce bien el espacio en el que se mueve, y que entiende las ciudades —y lugares en general­­— como escenarios vivos sujetos a circunstancias históricas. Un profesional acreditado que conoce los usos, costumbres y tradiciones autóctonas, ofreciendo, de manera sobresaliente, los servicios de acompañamiento, información y asistencia.
Por otro lado, también es una figura que se encuentra en constante aprendizaje, por eso es tan importante formarse con profesionales en activo, como son los profesores del Diploma Superior en Turismo Operativo.

En este sentido, la figura del guía turístico es clave por tres razones en particular:

Embajador de la cultura

Guiar es el arte de transmitir a los demás la pasión por el conocimiento del mundo en el que vivimos. Un guía lleva su propia identidad por estandarte, pero también comprende, defiende y promociona a capa y espada la ajena. Siente verdadero amor por cultura. Sin fronteras.

Juglar contemporáneo

Un guía, como el mejor de los artistas, se debe a su público. Tratar directamente con personas requiere una serie de habilidades interpersonales que conviene entrenar a diario. En este sentido, la comunicación efectiva y la empatía son sus grandes aliadas.

Anfitrión entusiasta

Nada nos gusta más que tener invitados en nuestra casa. Es por este motivo que el guía siempre vela por el bienestar de sus huéspedes, ofreciéndoles el mejor servicio posible desde que los recoge en el meeting point hasta que se despide de ellos.

Por otro lado, y atendiendo a la realidad laboral, casi todos los guías de turismo tienden a especializarse. Así, podemos distinguir entre distintos tipos de guías de turismo.

trabajador de turismo

Tipos de guías de turismo

Actualmente, estos son los diferentes tipos de guías turísticas que puedes encontrarte:

1. Guía correo o acompañante

Se ocupa de controlar y gestionar la calidad de los servicios que se ofrecen durante un tour, así como del correcto desarrollo y funcionamiento de las actividades planificadas durante el mismo (incluidas las paradas y los descansos). La organización es fundamental para que todo salga según lo previsto. Es versátil y detallista. ¿Su mayor virtud? La paciencia, sin duda.

2. Guía local

Su campo de actuación está restringido a un determinado lugar. Entre sus prioridades, se encuentra la de poner en valor a todos los niveles el espacio donde se encuentra (ya sea urbano y rural), y sacar a relucir sus atractivos turísticos potenciales.

3. Guía fijo

Por norma general, lo encontraremos en un determinado servicio (por ejemplo, en un museo, castillo o en un yacimiento arqueológico). Su puesto es inamovible. Eso sí, no es una estatua.

4. Guía transferista

Se encarga de recibir y despedir a los viajeros en el aeropuerto, estación o en cualquier otro punto de encuentro. También está al tanto de todas las tareas y gestiones propias del acompañamiento de grupos (como puede ser la de verificar los datos de los clientes en los hoteles de destino).

Si quieres formarte como guía turístico o te apasiona el mundo del turismo, puedes obtener más información sobre el Diploma Superior en Turismo Operativo a través de comunicacion@esatur.com,  900 901 429 (GRATIS) o en WhatsApp al 661 942 007. ¡Las inscripciones están abiertas!

Entrevista a Agustín Mollá, guía e informador en Esatur Servicios

¿Por qué elegiste dedicarte al ámbito del turismo?

Personalmente me considero una persona muy inquieta, necesito hacer muchas cosas, en ocasiones simultáneamente. Es por ello que elegí el ámbito del turismo, ya que considero que este sector abarca muchos campos y nos permite aprender muchos conocimientos sobre el propio país, la cultura, el patrimonio histórico y la sociedad. Además también es un mundo en el que se trabaja en entornos multiculturales, con personas de diferentes etnias, clases sociales y géneros. Esto nos permite ser tolerantes, fomentar la habilidad de comunicación, ser personas capaces de adaptarnos al entorno, ser creativos, etc.

Consideras que es importante la formación en turismo. ¿Por qué?

Sí, considero que en turismo hay dos cuestiones importantes. En primer lugar, la formación es clave, ya que se necesitan ciertos conocimientos para poder prestar un servicio óptimo en los lugares destinados al turismo (museos, aeropuerto, hoteles, eventos, etc), es por ello que considero importantísimo una buena formación. En segundo lugar, en este tipo de trabajo se necesita ser productivo, constructivo, creativo  y educado. Debemos ser capaces de saber cómo reaccionar en situaciones negativas, ser capaces de tener una alta capacidad de resolución de problemas y también debemos ser críticos y autoevaluarnos para poder mejorar los servicios que prestamos.

¿En qué consiste tu trabajo? ¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?

Actualmente realizo la función de auxiliar turístico, guía y monitor en el Museo The Ocean Race como parte del equipo de Esatur Servicios. En primer lugar, mi trabajo como auxiliar turístico consiste en atender a los visitantes del museo e indicarles la información relevante (horarios, itinerario, etc). En segundo lugar, cuando actúo como guía,  mi labor consiste en recibir al grupo y mostrarles el museo con un discurso explicativo, asistencia en sala, control del grupo de visitantes en cuanto a restricciones o precauciones a lo largo del desarrollo de las actividades dentro del museo, etc. En tercer lugar, mi trabajo como monitor, consiste en preparar materiales para la realización de talleres didácticos, diseño de nuevas actividades, talleres y programas educativos, control de grupos en salas didácticas, etc.

Lo que más me gusta de mi profesión es que puedo realizar multitud de funciones con las que puedo continuar formándome y aprendiendo. También me parece fantástico poder trabajar con toda clase de personas, independientemente de su etnia, edad, género, etc. A lo largo de mi trayectoria laboral me han dado muchas oportunidades muy interesantes de hacer cosas nuevas y he intentado aprovecharlas al máximo, ya que afrontar nuevos desafíos es lo que hace que tenga ganas de seguir aprendiendo y ser mejor profesional.


¿Cuáles son los mayores desafíos a los que te has tenido que enfrentar en tu labor profesional?

Los mayores desafíos han sido en mi época como trabajador en cruceros, ya que a lo largo de mi trayectoria como tripulante de crucero he vivido momentos muy duros y tensos. He pasado por temporales en los que los ventanales de los cruceros se han roto, platos por los suelos, gente cayendo, días y noches sin dormir, semanas sin descanso. Sin duda ha sido uno de los desafíos más duro de toda mi vida, no me imagino mi vida sin haber trabajado como tripulante de crucero, cambió mi vida a mejor.

En cuanto a desafíos que se han presentado en mi vida en tierra, puedo destacar el evento Race Village de 2017, ya que fue un macroevento en el que miles de personas entraban al museo en unos pocos días, y debíamos prestar el mejor servicio posible. También, la confianza plena que se me ha dado para crear y diseñar programas educativos completos, representar a un museo en ferias, recibir y hacer visitas guiadas a grupos de gente importante y conocida, etc.

Estudiaste Auxiliar Turístico y Tripulante de Atención al Pasaje en Cruceros. ¿Qué puedes contarnos de tu etapa como estudiante en Esatur Formación? ¿Qué habilidades has mejorado o adquirido tras tu formación en Esatur?

En mi formación como Auxiliar Turístico puedo destacar la gran mejora en inglés, la adquisición básica de un idioma extranjero nuevo (Italiano, en mi caso), conocer el fantástico mundo de los eventos, conocer el funcionamiento del trabajo en hoteles, entre muchos otros conocimientos fundamentales para poder trabajar en el ámbito turístico.

En cuanto a mi formación como Tripulante de Atención al Pasaje en Cruceros, puedo decir que para mi fue el curso que marcó mi vida, gracias a este curso pude trabajar en buques de pasaje y cruceros. En este curso aprendí seguridad náutica, inglés, primeros auxilios, animación en cruceros, protección contra incendios, etc.

Todo lo aprendido durante mis días de formación me ha servido a lo largo de mi vida laboral.

Como estudiante, Esatur te hace sentir como miembro de una gran familia, te enseña y te prepara para afrontar tu vida laboral.

Tienes varios años de experiencia trabajando en museos. En tu opinión, ¿cuáles consideras que son las aptitudes más importantes que debe tener un guía?

Considero que sí hay ciertas habilidades o cualidades que definen a un buen guía: se deben tener habilidades comunicativas, buena dicción, habilidades interpersonales, ser capaces de autoevaluarse e intentar mejorar siempre, tener capacidad de adaptación al grupo, ser ordenado y planificar, flexibilidad, ser capaz de ejecutar proyectos, dominio de idiomas, ser extrovertido y tener una buena relación con el público, ser capaz de trabajar en grupo.

Por mi experiencia creo que ser capaz de trabajar en grupo con un objetivo común puede mejorar los resultados de un trabajo, ya que se consigue llegar a unas ideas, decisiones y soluciones de mayor calidad, además las decisiones tomadas en conjunto suelen tener mejor aceptación en el grupo y por tanto mejoran el clima de trabajo.

Cuéntanos una anécdota de tu experiencia profesional.

Con docente que soy, siempre me ha gustado enseñar y ver como otros aprenden y adquieren nuevos conocimientos gracias a tu persistencia y constancia. La vocación, al fin y al cabo, hace que en ocasiones los actos más insignificantes, me hagan la persona más feliz del mundo.

Tras poneros en contexto, un día en el museo tuvimos un grupo de niños y niñas de infantil, en este grupo había en concreto un niño muy especial, del cual ya nos habían hablado sus maestras, ya que está diagnosticado de TDA-H (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). Cuando vienen grupos escolares lo normal es hacer primero la visita guiada al museo y luego el mismo guía turístico les hace el taller didáctico, pues el niño del que os hablo me hizo la vida imposible, no paraba de correr, de gritar, de saltar, no escuchaba a nadie, yo ya no sabía que hacer. Al final para poder solucionar la situación, me adapté e hice la visita apoyándome un poco más en los carteles, fotos, dibujos, etc, para que de este modo centrara un poco la atención en elementos visuales. También creé una rutina, ya que a través de la rutina podemos controlar un poco más la situación, esta rutina consistía era: “que levante la mano quien esté en silencio, que se toque la nariz quien esté en escuchando, que levante el pie quien esté atendiendo”, gracias a esta rutina pude finalizar la visita satisfactoriamente, pero lo realmente gratificante y el motivo por el que esta anécdota es muy importante para mi es porque por casualidad por la calle me crucé con él y su familia y vino corriendo a saludarme y darme un abrazo.

¿Qué consejos le darías a alguien que quiera trabajar de cara al público en el ámbito turístico?

Para trabajar cara al público debemos ser amables, cercanos y educados, hay que intentar que el cliente, pasajero o visitante esté lo más cómodo posible durante nuestro turno de trabajo, para ello es de suma importancia dejar los problemas que tengamos en casa y no llevarlos al trabajo, esto es algo que agradece el visitante. Cuando recibimos a nuestros clientes debemos escuchar, tratar a la gente con prisas puede ser contraproducente para la prestación de un correcto servicio. Ante los problemas debemos actuar con eficacia y ser capaces de tener la creatividad suficiente como para poder llegar a una correcta resolución de problemas sin que afecte a nuestros visitantes.


¿Quieres formarte con Esatur? Puedes contactar con nosotros a través de comunicacion@esatur.com,  900 901 429 (GRATIS) o en WhatsApp al 661 942 007.

Qué es (y qué no es) una visita guiada

En ocasiones, resulta más sencillo explicar qué es algo empezando, por paradójico que pueda parecer, por aquello que no es. Dicho así puede resultarnos extraño e incluso confuso, pese a ello, cobra pleno sentido cuando nos apoyamos en ejemplos y situaciones cotidianas.  

En este post nos aproximamos al concepto de visita guiada tal y como lo conocemos hoy en día. Para ello, vamos a repasar algunos errores habituales en su planificación y ejecución, en un intento de presentar los principales problemas, inconvenientes y desafíos que aparecen a la hora de poner en marcha este tipo de actividades.

¡Vamos allá!

Cinco errores habituales (y un consejo)

Ejercer de guía e intérprete del patrimonio no sólo implica poseer una formación específica, sino también un dominio real de ésta. Sin embargo, a veces surgen dudas sobre cómo llevar a cabo ciertas ideas y proyectos. Los más ambiciosos, como no podría ser de otra manera, son las visitas guiadas, un clásico dentro del sector turístico que año tras año sigue ganando adeptos.

Veamos, a continuación, algunos de los errores más comunes.

Improvisación VS planificación excesiva

¿Cuántas veces os habéis visto obligad@s a consultar información adicional antes de un viaje? Imagino que unas cuantas. Del mismo modo que planificar un desplazamiento requiere tiempo y prestar atención a los pequeños detalles, diseñar y ejecutar una visita turística implica adoptar la organización por norma. Anticiparnos a las necesidades de quienes contratan nuestros servicios o saber actuar con determinación y templanza ante los problemas, nos ayudará a salir airosos de las situaciones más inesperadas. Es por este motivo que un pase guiado no puede convertirse en un ejercicio de improvisación. Dependiendo del público objetivo adaptaremos en forma y contenido la experiencia, hilando cada etapa del recorrido a fin de ofrecer una gestión óptima.

Por otra parte, y en el polo opuesto a la improvisación, encontraríamos la obsesión por cumplir a rajatabla todos y cada uno de los ítems de la ruta tal y como fue planteada. Una actitud excesivamente inflexible a la hora de acompañar a nuestro público, lejos de mejorar la calidad del servicio, suele ser contraproducente. Las visitas guiadas son dinámicas por defecto, por lo que estaremos abiertos a posibles cambios y giros de guion.

Ausencia de empatía

Nuestros visitantes son nuestros clientes, pero también nuestros invitados más selectos. El acompañamiento de grupos no solo requiere entrenar nuestras dotes comunicativas, sino también adquirir las destrezas emocionales necesarias para brindar un trato excelente a todos aquellos que depositan una expectativa en nosotros. Preocuparnos excesivamente por el tema o el contenido del discurso sin atender al bienestar de quienes tenemos delante puede abocarnos al más estrepitoso de los fracasos. Mantener una actitud proactiva y empática durante nuestro speech, garantizará que se sientan como en casa. Ello pasa por transmitir seguridad y confianza, emocionar, entretener y, por encima de todo, cautivar con nuestra presencia y buen hacer.

Convertir el discurso en un monólogo

Toda acción conlleva una reacción. Durante su jornada, un guía turístico tiene que conseguir que la retroalimentación emisor-receptor sea bidireccional y constante; en una palabra: feedback. Para ello, conviene segmentar al público por edades y procedencias, evitando que el discurso se vuelva insulso y monótono. Al fin y al cabo, comunicamos incluso creemos que no lo estamos haciendo. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que a través de un trato totalmente personalizado?

Reducir la información al absurdo

Existe la falsa creencia de que divulgar supone bajar el nivel de aquello que se dice. Nuestra experiencia como profesionales del sector turístico nos demuestra todo lo contrario. De hecho, es perfectamente posible ofrecer un discurso riguroso y bien documentado sin simplificar la información y la interpretación a su mínima expresión. Encontrar el punto exacto entre la anécdota y el hecho histórico da un valor añadido a nuestro trabajo; lo hace humano. Esto no siempre es fácil y requiere poseer cierta pericia, pero tampoco resulta imposible. A fin de cuentas, aquello que decimos nos importa tanto como nos atañe; de ahí la responsabilidad ética que desempeña la figura del guía como motor del Turismo Cultural.

Objetivos poco realistas

Seleccionar, priorizar o dar cabida a algo supone, automáticamente, dejar otra cosa de lado. Establecer objetivos principales y secundarios nos ayudará a trabajar de una manera sistemática y planificada sin renunciar a ninguno de los ingredientes clave de una buena visita guiada. A este respecto, el uso de una agenda no solo es recomendable, sino también obligatorio para optimizar el tiempo, flexibilizar el servicio y evitar el temido solapamiento de tareas.

Y, por último, un consejo:

Errare humanum est…

Exactamente lo que acabas de leer. Todo proceso de aprendizaje implica desarrollar la capacidad de lidiar con una serie de equivocaciones y errores que pueden aparecer de forma inesperada. Unos y otros forman parte de la profesión tal y como la conocemos, y son los encargados de mantenernos despiertos, incluso en los entornos más caóticos.  

Afrontar con madurez nuestras limitaciones, aprender de ellas, convertirlas en oportunidades, forma parte de la rutina de un buen profesional en el sector turismo. Así pues, no debemos bajar la guardia y conformarnos con cualquier cosa. Recuerda: errare humanum est, sed in errore perseverare insipientis, es decir, equivocarse es de humanos, pero perseverar en el error es de necios.

Por último, tal y como vimos en el post dedicado al Guía de Turismo: tipos de guía y funciones, existen tantos perfiles de viajes como de visitantes potenciales. Es por esto que se hace tan importante diseñar productos culturales concebidos a prueba de juicios (internos y externos). Conviene chequear el trabajo realizado y fijar un mínimo de condiciones en el servicio.

Desde Esatur Formación creemos firmemente en el compromiso de las futuras generaciones de guías respecto a promoción del patrimonio cultural y natural. Esperamos contar con vosotros en este reto apasionante.

Autora: Ana Isabel Castro Carbonell, profesora de la asignatura de Guía de Turismo (2º curso de Turismo Operativo).

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