«Si algo te puedo asegurar es que el trabajo de TCP no deja indiferente a nadie» – Entrevista a Belén Pérez, TCP en AirNostrum

Háblanos de ti. ¿Quién eres?

Mi nombre es Belén Pérez. Tengo 26 años, y soy de Alicante, pero actualmente vivo en Madrid debido a mi trabajo como TCP. Lo que más me gusta hacer en mi tiempo libre es leer y escribir, y por supuesto, viajar es una de las cosas que más me apasiona hacer.

¿Por qué elegiste ser Auxiliar de Vuelo (TCP)?

Fue algo repentino que apareció en mi vida sin haberlo buscado, sin embargo, me sorprendió mucho descubrir el mundo de la aviación desde dentro, este trabajo te aporta muchas cosas diferentes, desde conocer gente de todos los rangos de edad a ver lugares que no hubieras pensado visitar antes.

¿Cómo fue el proceso de selección en tu aerolínea después de terminar el curso?

Vi el anuncio en el periódico y decidí presentarme, cuando llegué allí había alrededor de 100 personas y pensé que sería muy difícil ser seleccionada puesto que no tenía experiencia, pero no fue así. Hubo 4 fases durante el proceso de selección y cada una de ellas era eliminatoria; en la primera comprobaban la estatura, los estudios cursados y que tuvieras nociones de inglés. En la segunda, te hacían una prueba psicotécnica, que constaba de dos partes. En la tercera, la entrevista en inglés. Y, por último, la entrevista personal con la jefa de TCP’s.

¿Cómo fue tu primer vuelo como TCP? Cuéntanos tu experiencia.

Recuerdo muy levemente mi primer día, incluso diría que hay partes que no las recuerdo bien. El día que yo entré hacía muy mal tiempo en casi toda España, había nieve en muchos de los aeropuertos del norte, y conforme iba avanzando el día fueron cerrando algunos de ellos y aumentando el retraso de salidas de Madrid. Tenía programados para ese primer día cuatro vuelos, de los cuales hice finalmente dos, y a un destino al que no tenía programado ir. Recuerdo varios cambios de tripulación y de avión, pero finalmente pese al mal tiempo, la tripulación que estuvo conmigo ese primer día se portó genial y me hizo sentir como en casa, y sobre todo, pude aprender mucho.

¿Cuáles consideras que son las claves para ser un buen TCP?

Desde mi experiencia, considero que es muy importante ser una persona ágil, tener actitud y tener mucha predisposición, el conocimiento te lo dará la experiencia, siempre y cuando tú tengas ganas de aprender y demostrar que tú eres el que puede con todo, y que ninguna situación va a poder contigo, o al menos no porque tú no lo hayas intentado. Hay que destacar, que en este trabajo cuando ocurren cosas no tienes a nadie que las solvente si no eres tú o tus compañeros en ese momento, entonces hay que saber bien cómo reaccionar a determinados sucesos.

¿Qué te aporta personalmente esta profesión?

Esta profesión te ayuda mucho a desarrollarte como profesional, pero, sobre todo, como persona, ya que tienes la oportunidad de trabajar con muchas personas de edades y países diferentes, y eso es muy enriquecedor. También, viajar tanto y descubrir tantos rincones y culturas nuevas puede hacer que abras la mente y descubras cosas que antes no se te habrían ocurrido. Recomiendo a cualquier persona que, si se encuentra en un periodo de su vida en el que no sabe bien hacia donde ir, este es su trabajo, aunque sea por una duración de tiempo determinada, pero que lo pruebe, que no se arrepentirá. Si algo tengo que destacar de este trabajo es que no deja indiferente a nadie, tanto para bien como para mal jajaja.

¿Cómo es el día a día de un auxiliar de vuelo?

En este trabajo cada día es diferente al anterior, incluso aunque vueles a los mismos destinos. Es cierto que no existe una rutina como puede haber en otros trabajos, pero una vez lleves un tiempo trabajando en una aerolínea, lo que son tus tareas diarias son parecidas en cada vuelo. En la aerolínea en la que yo trabajo, muchas veces duermes fuera de casa, la mayoría de las veces, y eso te permite conocer lugares nuevos junto a la tripulación con la que vayas esos días, e incluso tu sola.

¿Podrías comentarnos alguna anécdota?

Podría decir que incluso cada día te pasan anécdotas cuanto menos curiosas que incluso ya han dejado de sorprendente jajaja, pero es que trabajar de cara al público tienes sus ventajas y desventajas, y es que cada persona es diferente y eso mismo te puedes encontrar en el avión. Recuerdo un vuelo a Toulouse desde Madrid, sobre las 12 de la noche, en el que vino mi compañera a decirme que un pasajero había sentado en el asiento de al lado del suyo a dos peluches de ratones, les había abrochado el cinturón y estaba hablando con ellos mientras les “daba de comer”. Nos quedamos a cuadros, y fuimos echándole un vistazo a lo largo del vuelo para vigilar su comportamiento, pero finalmente quedó en eso, ¡y menos mal!