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19 verdades universales que aprendes cuando eres Auxiliar de Vuelo

Kara Mulder es travel blogger y Auxiliar de Vuelos Internacionales y Vuelos Privados. Es la creadora de theflightattendantlife.com, un blog de referencia de TCP alrededor del mundo. Después de varios años volando, revela sus 19 verdades universales de esta profesión.

1. Es imposible hacer felices a todos.

Una persona estará a gusto. Otra tendrá demasiado frío. La temperatura de la cabina y las preferencias alimentarias son variables, no constantes. No todo los viajeros estarán de buen humor, así que solo haz lo que mejor que puedas y deja fluir.

2. La distancia lo es todo… o es nada.

Los auxiliares de vuelo tienen la ventaja de crear amistades en todo el mundo. A veces la distancia no hace mella en las relaciones, y en otras ocasiones, erosiona rápidamente una conexión personal.

Seguro puedes viajar muy lejos de tu origen, lo cual te ofrece oportunidad de crear relaciones inesperadas. Pero también tendrás que aceptar que poder estar en muchos lugares por un corto periodo de tiempo, disminuye la capacidad de mantener relaciones interpersonales a medida que pasan los años.

3. La energía es contagiosa, ya sea buena o mala.

El poder está en tu espíritu. Lo has visto en los pasajeros, en desconocidos y en tus colegas. Cuando la mujer del asiento 12E le grita a su hijo de ocho años porque derramó su vino tinto, su presencia es incómoda. Ser auxiliar de vuelo te hacer ser mucho más consciente de cómo se propaga la energía. Y tanto en tu trabajo como en tu vida personal, no te apetece generar emociones tóxicas.

4. A veces se te caen las cosas.

La cocina de un avión es una pesadilla para una persona torpe, y como tripulante de cabina no pasa de un vuelo en el que no se me caigan vasos de plástico, servilletas, bolsas de hielo, bandejas de comida, latas de refrescos, etc. Simplemente recoge, limpia y comienza de nuevo.

5. Dormir bien una noche te puede dejar como nuevo.

Nunca en mi vida me había sentido tan confundida e incapaz de funcionar como cuando volé de California a Florida, y luego a Londres, permaneciendo despierta por un período aproximado de 33 horas o más. Estaba de mal humor con los pasajeros y tensa con mis compañeros de vuelo. La migraña que golpeaba mi cabeza no desapareció hasta que desperté en una cama grande y cómoda. Por tanto, ¡cuídate y duerme! Es fundamental para tu vida de auxiliar de vuelo.

6. La sonrisa es una forma universal de comunicación.

A veces no puedes entenderlos a todos, pero al menos la sonrisa es un consuelo familiar. Como azafata, la oportunidad de estar constantemente en el extranjero, rodeado de diferentes culturas e idiomas que a veces no entiendes, me ha hecho tomar conciencia de que una sonrisa significa lo mismo en todo el mundo.

7. Ser amable no tiene precio.

Tenía una amiga azafata que estaba pasando por experiencias muy duras en su vida. Ni siquiera me había dado cuenta de su situación, pero más tarde descubrí que mi forma de ser con ella —ya fuera por una sonrisa amable o simplemente por una llamada telefónica para conversar— marcó la diferencia en su decisión de seguir viviendo. Debajo de las fachadas que nos ponemos, no conocemos las batallas internas y secretas por las que una persona puede estar pasando.

Puede que nunca sepas que ser agradable es la diferencia para que esa persona tenga un mejor día.

8. Lo inesperado puede añadir color a tu vida.

Antes de que fuera auxiliar de vuelo, hubo un tiempo en que me costaba romper lo que tenía planificado. A través de mi nuevo estilo de vida en el cielo, aprendí lo maravilloso que podía ser dejar de preocuparse tanto por las expectativas y la necesidad de controlarlo todo. Las aventuras espontáneas añaden color e interés a la vida. ¡Abrázalos!

9. Tener unos kilos de más no es gran cosa.

Una vez tuve una necesidad innegable de ser delgada. Como azafata de vuelo, sin embargo, me di cuenta que había un mundo más amplio de personas, ideales y experiencias. Con los viajes subí de peso lo cual me hizo más fuerte porque finalmente estaba satisfecha con quién era y cómo vivía.

10. Sé agradecido.

Despertarme en ciudades extranjeras y conocer gente con historias interesantes me hace preguntarme constantemente cómo llegué a este maravilloso punto en mi vida. Estoy constantemente agradecida de ser quien soy y de tener la oportunidad de dedicarme a esta profesión.

11. Los buenos amigos son irremplazables.

Tengo tres mejores amigos – todos son auxiliares de vuelo y que viven en diferentes zonas horarias -. No importa dónde nos encontremos en el mundo, sabemos que podemos contar el uno con el otro. Se necesitan buenos amigos para mantenerte cuerdo y fuerte.

12. Muchas molestias son temporales.

Los retrasos son típicos pero los vuelos largos siempre llegan a su destino final. En algún momento, te tocarán algunos «pasajeros malos». Serán momentos incómodos pero no recuerda que son para siempre.

13. Todo el mundo tiene una historia.

Nunca me habría dado cuenta de que el hombre sentado en la fila de salida de uno de mis vuelos era considerado el primer astronauta comercial de Virgin Galactic, si no lo hubiera escuchado. Una historia que escuchas una vez podría cambiar tu vida, o al menos tu día.

14. Siempre cierra la puerta de tu hotel.

Me desperté una noche con extraños entrando en mi habitación de hotel. Posteriormente argumentaron que la habitación en la que yo estaba durmiendo era su habitación. Desde entonces he aprendido a evitar esta situación cerrando siempre la puerta.

15. Asume riesgos.

Uno de mis recuerdos favoritos fue el momento en que pasee por Islandia en la parte trasera de una motocicleta. Fue a través de la lluvia con un lugareño que había conocido sólo minutos antes. Ambos teníamos un amigo en común, pero yo no le conocía. Tal vez no fue la decisión más segura, pero elegí tomar ese riesgo y fue una experiencia inolvidable.

No todos los riesgos terminarán como un éxito, pero vivir preguntándose ¿qué habría pasado si…? no es una forma de vivir la vida.

16. Pero también, sé inteligente.

A las tripulaciones de vuelo siempre se les pregunta sobre la confraternización interna. Algunos hacen esto y otros no. Cada elección que haces tiene una consecuencia. Tus decisiones siempre te alcanzarán, así que no seas innecesariamente imprudente. Y también, vigila tu consumo de alcohol.

17. Siempre habrá cosas que estarán fuera de tu control.

No puedo elegir mi horario. ¡Jamás! No tengo ningún control en este aspecto, y aunque me queje, vivo con ello y lo aprovecho al máximo. Es parte de la vida de un auxiliar de vuelo, así que acéptalo y saborea los momentos en que puedes ejercer tu libertad.

18. A veces, nada tiene sentido.

No sé por qué me convertí en auxiliar de vuelo en vez de conseguir el trabajo de mis sueños en marketing. No entiendo qué le pasó a esa surfista rubia que poco a poco perdió el interés. Es algo que nunca podré contestar. Simplemente tienes que aceptar algunas situaciones inexplicables, porque la racionalización no mejorará las cosas.

19. La vida da giros en los momentos en que debe hacerlo.

Empecé a volar, luego viajé y luego escribí. No sé por qué; pero pasó. Sucedió cada vez que me hacía la pregunta: «¿Qué debo hacer con mi vida?».

Tarde o temprano, tendrás tus respuestas. En cualquier caso, siempre habrá momentos de hacer clic, de dar un giro a tu vida.

En Esatur Formación nos encanta encontrar y compartir información interesante de diversas fuentes relacionadas con el sector aeronáutico. Este artículo fue publicado originalmente en Matador Network, en idioma inglés, y ha sido traducido y adaptado por nosotros.

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